¿Sientes las piernas demasiado hinchadas? ¿A menudo sufres debilidad o fatiga? Puede que tengas una mala circulación linfática y esto repercute en mayor o menor medida en las siguientes patologías: dolor agudo, estreñimiento, ansiedad, edemas…
Para mejorar la circulación de la linfa recomendamos un tratamiento de drenaje linfático manual, que consiste en un masaje suave aplicado sobre el sistema circulatorio y favorece tanto al organismo como a la piel.
De entre todos los beneficios físicos y estéticos que aporta un drenaje linfático podemos destacar los siguientes:
Reduce líquidos de desechos reactivando la circulación linfática.
Aumento del tono muscular y desinflamación de retención de líquidos.
Fortalece las defensas del organismo.
Mejora la apariencia de la piel combatiendo el acné y reduciendo la celulitis.
El sistema nervioso quedará más relajado y aliviado de estrés.
Mejora la circulación reduciendo las arañas vasculares.
Mejora la función renal.
Un drenaje linfático es diferente a un masaje terapéutico, especialmente en su forma de realizarlos así como en los resultados que se persiguen.
Mientras que el drenaje linfático se centra en actuar sobre el sistema linfático y persigue los beneficios citados arriba, el masaje convencional se centra más en actuar sobre el sistema sanguíneo.
Los movimientos de ambas técnicas son diferentes, el drenaje linfático se realiza con las muñecas y los brazos y los movimientos van en sentido linfático hacia las zonas de expulsión. Mientras tanto el masaje convencional las manos ejercen presión sobre el área que se desea tratar y se necesitan lubricantes o cremas.